Una de las principales claves del éxito o fracaso de una empresa es su liderazgo. La comunicación sistémica es fundamental para llevarlo a cabo. Un buen jefe sabe llevar el timón de su proyecto empresarial, tanto de puertas para afuera como de manera interna.

Las empresas, normalmente, están estructuradas de manera piramidal y en la cima colocaríamos al jefe. Más o menos todos tenemos claro cuáles son las habilidades o fortalezas que debe tener un buen líder. Pero si incluimos éstas en el campo de la comunicación sistemática, ampliamos el círculo de actuación del cabecilla, consiguiendo un espacio de liderazgo más contributivo en la empresa. Es lo que conocemos como liderazgo sistémico.

Liderazgo sistémico

Es el liderazgo en el que el líder entiende que la empresa la formamos todos y que, a su vez, tiene diferentes subsistemas. Por ello, todos y cada uno de los actos de los integrantes de dicha sociedad afectan al conjunto.

Este tipo de comunicación es el más eficiente porque el jefe tiene la habilidad de conseguir que todo el equipo trabaje perfectamente. Suele ser el más recomendado a la hora de la ‘herencia’ de las PYMES familiares. En términos de recursos humanos, este tipo de comunicación consiste en pensar como un todo y no crear organizaciones fijas, sino cambiantes y adaptables a las circunstancias y situaciones que se puedan presentar.

Características de un buen líder

Una de las particularidades más importantes es que el propio líder se conozca a sí mismo y sepa liderarse. Si no, es difícil que sea capaz de establecer una relación participativa entre él y el equipo de trabajo. Debe tener una comunicación consigo mismo en la que no se autojuzgue y se trate con justicia y equidad.

El líder ha de tener una percepción global e integradora, es decir, debe buscar siempre los instrumentos para que todos los trabajadores se sientan parte de la empresa y puedan tener un papel interactivo en ella. Ha de crear una comunicación que ayude a todos los miembros a desarrollar sus capacidades, habilidades y talentos. Además, debe hacerles conscientes de que han de responsabilizarse de sus sentimientos, actos y pensamientos. Del mismo modo, se han de reconocer todas aquellas cosas que los operarios aportan al sistema.

Un jefe sistémico tiene que tener siempre con hambre de éxito y expectativas de futuro. De esta manera, le será más fácil desarrollar y reconocer oportunidades emergentes para aprovecharlas. Debe utilizar, también, mensajes claros, sencillos y concisos, de tal manera que facilite el entendimiento a los trabajadores. Esto facilitará a su vez el feedback, por lo que los miembros del equipo comunicarán sus necesidades cuando crean necesario. Es entonces cuando el líder, ha de tener una escucha activa.

Otro de los atributos que debe poseer un buen jefe son la paciencia, el interés y la motivación.

Inteligencia emocional

El liderazgo sistémico utiliza la inteligencia emocional. El líder es muy consciente de que puede cambiar el estado anímico de su equipo desde su propia conducta y, además, tiene los recursos emocionales suficientes para dirigir las sensaciones y/o sentimientos de las personas hacia un plano positivo, de tal manera, que favorezcan el desempeño de tareas. Hay cinco dimensiones básicas para desarrollar la inteligencia emocional en la empresa:

  • Autoconciencia emocional: conocerse a uno mismo.
  • La autorregulación: saber manjeras nuestros sentimientos e impulsos con el fin de controlarlos.
  • La empatía: conocimiento de emociones de la otra persona.
  • La automotivación: fijarnos unos objetivos y metas y enfocarnos en ellos.
  • Las habilidades sociales: buena relación con los demás.